GRECIA: te estamos fallando

Valle de Delphi, 2019 

Es injusto.  Injusto que se le pida a Grecia, uno de los dos o tres paises mediterráneos que reciben refugiados de África o de Siria, que si no paga su deuda debe salir de la Unión Europea.  

Es injusto, porque mientras el Reino Unido con su patético Brexit  y las amenazas de la  ultraderecha en Francia con la señora Le Pen,  provocan una desintegración geográfica, política y económica, promoviendo los muros y xenofobia en Europa,  dejan a cargo del problema creado por ellos desde principios del siglo XX, cuando se repartieron África a 'punta de regla',  a los dos o tres que no tienen plata pero si profundos sentimientos de aceptación, respeto y aprecio por la vida de sus semejantes y sus diferentes. Irónicamente son quienes tienen raíces profundas en las civilizaciones antiguas y quienes han tenido el olor de muchas guerras en sus tierras.  

Es injusto que se ponga en la misma balanza los intereses nacionalistas de países que han causado todas las guerras mundiales por encima de aquellos que las han resistido y ahora las ayudan a palear con sentido humanitario a africanos, asiáticos, musulmanes, cristianos, ortodoxos.  

Desafortunadamente en este siglo XXI, el siglo que se esperaba con optimismo la globalización (inventada por occidente) para la equidad y el respeto por las diferencias, el péndulo no está del lado del Derecho a la vida, sino del interés egoísta  y perverso (de occidente) de profundizar diferencias y ayudar a ahogar a quienes atraviesan el mar sin documentos, sin ropa, sin comida. Y ahora, sin esperanza.  

No falló la globalización.  Estamos fallando como humanidad.