Ética en la política, ética en la universidad

 Publicado en http://blog.revistacronopio.com/?tag=etica-en-la-universidad

Poco se ha dicho sobre la enseñanza de la ética en los programas de Relaciones Internacionales y Ciencia Política en las universidades colombianas. ¿Cómo enseñar a nuestros estudiantes los principios del Derecho Internacional en el marco de la guerra, la injusticia, la intolerancia?

En la generación de nuestros padres —los años 70 y 80— la ética era una asignatura que se impartía de manera sistemática en la mayoría de universidades en Colombia; seguramente los docentes se esmeraban por enseñar esta disciplina académica, bajo conceptos filosóficos y nunca bajo preceptos doctrinarios. Las discusiones giraban en torno a las realidades que el país presentaba: los movimientos por la reivindicación de derechos fundamentales como la libertad de expresión, la defensa de los derechos de las mujeres, la necesidad de respetar la diversidad y hasta los derechos del ambiente.
Por estos tiempos, la preocupación de docentes y estudiantes se veían reflejados en los siguientes cuestionamientos: ¿Cuáles son las realidades nacionales que nos sirven de ejemplo para hablar de ética a nuestros estudiantes de Política y Relaciones Internacionales? ¿Cómo enseñar ética, cuando es evidente que la corrupción y el clientelismo, abanderan sin precedentes los destinos de la nación?
La corrupción y el clientelismo, son quizá los dos males mayores de las instituciones colombianas. En términos políticos, posiblemente mayores que el mismo conflicto armado. Así lo demuestran los hechos en la historia reciente. Desde el proceso 8000 y, en la actualidad, sus tentáculos abarcan los resultados de las elecciones de Congreso y consultas de marzo de 2010. Cabe citar la tardanza de la Registraduría en la entrega de resultados, el crecimiento al apoyo de la parapolítica y la reducción de alternativas democráticas.
Expongo lo anterior para señalar que, desde hace más de veinte años, no contamos con referentes optimistas para impartir una valiosa formación ética a los futuros profesionales. Nuestros referentes y los de nuestros estudiantes son, nada mas y nada menos que la guerra, la corrupción y el clientelismo. De ahí la gran responsabilidad de los docentes. En muchos casos, los profesores de las universidades de estos programas, son personas que hacen parte activa de la vida política del país. Son personas que conocen de cerca los intríngulis del poder y es por eso que también están llamados a blindar a la universidad colombiana de estos males.

La tarea para quienes tenemos la fortuna de actuar dentro de la universidad y que tenemos la obligación de formar a miles de jóvenes con sentido de responsabilidad, justicia y transparencia pública, es la coherencia.

Coherencia entre el pensamiento y la acción; coherencia entre lo que instruimos a nuestros estudiantes y lo que defendemos en la vida pública, que seguramente es lo mismo que hacemos en nuestra intimidad.

Bogotá Abril, 2010

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