En que quedó la agenda por la paz 2011 y lo que se espera para el 2012


Se preparan varios congresos, encuentros y movilizaciones sociales y ciudadanas para el 2012. El objetivo central y quizá general, es mantener el debate sobre los asuntos  urgentes y relevantes de las agendas de las comunidades que desde siempre han estado  en desventaja política, económica y ahora con mayor ahínco, más amenazados que antes por los tantos actores armados y no armados en sus territorios.  Son las comunidades campesinas, afros e indígenas.

Durante el 2011,  quedó lo suficientemente claro que la guerra en los territorios por los recursos naturales como el agua, la exploración y explotación minera y la restitución de tierras, son las cuestiones que las políticas públicas, las instituciones y los buenos oficios de los cooperantes y de los organismos internacionales en Colombia, deben atender de manera urgente para entender y ojalá implementar de manera real, el concepto de “paz sostenible”.   Eso quedó claro en el último encuentro de las organizaciones de la sociedad civil que se llevo a cabo el 22 de noviembre en el CINEP en la II Jornada de Reflexión  Avances e Iniciativas en Propuestas de Paz 2011.  Esta jornada podría contener los elementos principales de lo ocurrido durante el 2011 en construcción de agendas de paz y las propuestas ciudadanas.

Movilización social en resistencia y en contra de la guerra  Durante todo el 2011, la movilización social estuvo en ascenso y fue mucho más visible que la pausaba y temerosa movilización de años anteriores (2002-2010).   La participación de miles de personas en los muchos escenarios de discusión que se llevaron en varios lugares del país, da cuenta de dos realidades de facto: el recrudecimiento de las acciones armadas en contra de la población civil por parte de las trasnochadas guerrillas (FARC-ELN) y las desbordadas acciones de guerra de ejércitos privados e irregulares como las Bacrim y la delincuencia común auspiciada por la mafia.  En la mayoría de los casos, todos tras un interés común: los territorios.

Las agendas: Adicionalmente, se demostró por medio de la movilización social urbana y rural, que la guerra que se hace en este país es el resultado de la lucha de los intereses por los recursos.  Que esas historias que se escuchaban hace algunos años, sobre la apropiación del agua, de los páramos, de las montañas llenas de oro y de carbón, ya no son un discurso exclusivo de la izquierda, pues es realidad es que medio de esa lucha armada están las poblaciones afros, indias y campesinas.   Algunos apartes de las declaraciones / conclusiones de estos encuentros señalan las preocupaciones:

1.      Punto 4, Declaración Final, Manifiesto por la tierra y la paz, el diálogo es la ruta. Barrancabermeja, agosto de 2011.  “Manifestamos nuestro rechazo frente a las políticas gubernamentales que durante la última década se han venido implantando en el país para promover un modelo  económico que propicia la explotación intensiva de nuestra tierra y recursos naturales , favorece a las empresas transnacionales y los grupos económicos, acentúa los conflictos por la tierra y la lucha por el territorio, estimula nuevos procesos de expropiación, despojo y de desplazamiento forzado, deteriora radicalmente los procesos sociales y compromete nuestras condiciones de soberanía y seguridad alimentaria. Este modelo económico destruye la economía campesina, los territorios de las comunidades indígenas y afrodescendientes y produce un escalamiento de la dinámica del conflicto social y armado que agobia a nuestro país”.

2.      Punto 3 Declaración del Congreso de Tierras, Territorios y Soberanías, Santiago de Cali septiembre de 2011. “El conjunto de las medidas legislativas y de políticas que los últimos gobiernos vienen impulsando o pretende llevar a cabo la conversión de Colombia en una mina a cielo abierto, la imposición de las llamadas “locomotoras del progreso”, la entrega del campo a las Zonas de Desarrollo Empresarial, la adjudicación del país a la industria minero-energética, el estrangulamiento de los ríos y las aguas, en suma, volver a Colombia una zona franca de 200 millones de hectáreas, no es otra cosa que la agenda del capital nacional y transnacional, y se sintetizan en lo que podemos llamar la “privatización de los territorios”, es decir, quitarle a la sociedad y los pueblos el derecho de ordenar y gobernar sus espacios de vida y entregárselos al capital privado”.

3.      Conclusiones Primera Jornada de Reflexión  Avances e Iniciativas en Propuestas de Paz 2011, Bogotá agosto de 2011. cómo se jugó la guerra en la década pasada: se jugó alrededor de los centros del poder económico y político institucional, y marginalizó los espacios y territorios de la confrontación armada. Vimos el mapa de planeación nacional, del nuevo ordenamiento territorial que intentaron poner en el Plan de Desarrollo que después retiraron; lo que ahí llamaron la “macro región central”, agregándole la zona del carbón y la zona del petróleo, significa el 80% de la economía, el 90% de la institucionalidad, y también más del 80% de la población.  Entonces, la lectura desde el poder es que con la política de “seguridad democrática” lograron revertir las condiciones de inestabilidad y ganar la guerra y el territorio en el 60%. Y que por lo tanto la tarea inmediata es consolidar ese territorio, poner las locomotoras a andar en ese territorio, defender con seguridad las locomotoras en ese territorio. En segundo lugar, establecer y consolidar la seguridad; en tercer lugar, pelear con la guerrilla y con los grupos ilegales y en cuarto lugar, la seguridad ciudadana” (Camilo González Posso)

Agenda inmediata es sin lugar a dudas, mantener la movilización y el debate sobre estos gruesos que interesan a los sectores sociales y al país en general.  Las tareas están dirigidas a sensibilizar a más sectores, organizaciones nacionales e internacionales, a estar presentes en los espacios en donde se elaboran las políticas y las leyes que afectarán los intereses arriba mencionados;  a mantener y cualificar la inclusión social, no solo a través de la movilización, sino a través de los mecanismos constitucionales y legales de participación ciudadana (comités locales de derechos humanos, juntas de acción, cabildos, mingas etc.); a ser mas proactivos frente al uso de los medios de comunicación alternativos; a intentar consolidar mínimos, mas no unificar intereses.  Y entre otros, a darle paso a la diplomacia ciudadana pensada más hacia la región aprovechando los espacios que existen en América Latina como Unasur

El impacto de lo ocurrido en 2011 es un antecedente valioso al interior de los movimientos sociales y del movimiento ciudadano por la paz, de cara a los futuros escenarios de debate civilizado que se deben dar en espacios como el congreso de la República, en donde se tramitan un sinnúmero de normas que interesan a todos.  Con esto la agenda por paz en el 2012, es nutrida y compleja.


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