Clean Power Plan
La
semana pasada el presidente de los Estados Unidos anunció el Plan de Acción por
el Clima – Clean Power Plan-, que tiene como objetivo principal reducir la
emisión de gases en un 30% para el año 2030.
No deja de sorprender el anuncio,
pues como es bien conocido, los Estados Unidos es uno de los mayores contaminantes
del mundo. Un ciudadano norteamericano
produce cerca de 20 toneladas de CO2 por año, ubicando a los Estados Unidos en
el lugar número 7 con una producción total de 5,827 toneladas métricas (19% de
la producción mundial, por debajo de China que aporta el 22.7% y por encima la
Unión Europea con 13.76% según el IPCC, 2011); Norteamérica, desde la conferencia de Tokio 98 ha puesto
todo tipo de obstáculos para incorporar en su política económica la reducción de
emisiones de GEI constituyéndose en el principal detractor. A nivel mundial el aumento de contaminantes proviene
principalmente del sector energético (47%), la Industria (30%) y el transporte
(11%).
El
anuncio que por supuesto impacta y sorprende la agenda internacional de
negociaciones en materia de Políticas de Cambio Climático. Las razones son evidentemente endógenas: de un
lado, porque existe una fuerte presión por
el sector sanitario de los Estados Unidos. La sociedad norteamericana exige que
la calidad del aire mejore, para dejar un ambiente sano a sus hijos. Así lo advirtió la directora de la Agencia de
Protección del Medio Ambiente EPA, la Señora Gina McCarth: “evitar más de 6.600 muertes
prematuras, más de 150.000 ataques de asma en niños y niñas y más de 490.000
días de ausencia escolar por enfermedades respiratorias, además de reducir más de $93 billones de dólares para mejoramiento
del clima y salud pública”.
De
otro lado y quizá sea la razón de peso, es
porque la recesión energética mundial es evidente. Con este Plan, esperan reducir en un 8% el
costo de la electricidad, reduciendo al mismo tiempo su demanda doméstica e
industrial y aumentando la eficiencia energética, es decir, recurriendo a la
generación de energías alternativas.
Muchos
sectores saludaron el pronunciamiento del Presidente; el demócrata John Kerry
manifestó su consentimiento al Plan de Acción y a su vez reafirmó un paradigma
que cada vez toma más fuerza: las Políticas Energéticas de las naciones están
directamente relacionadas con las Políticas
de Cambio Climático: generación de energías renovables, energías limpias y
energías alternativas; la mitigación y la adaptación.
El
modelo mundial sobre el cuidado del
ambiente ya no recae en la exclusiva gestión sectorial de las agencias
gubernamentales para el Medio Ambiente, sino que abre y adquiere una dimensión
multisectorial, que habilita la necesaria injerencia que deben hacer otros
actores gubernamentales, en este caso el
Sector Energético.
Dependerá
en buena medida, de las políticas energéticas
para el Cambio Climático que cada país o región decida y que defienda en los
escenarios internacionales de negociación. Los cambios tecnológicos son necesarios, pero son
urgentes los cambios institucionales.
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