Potenciar el desafío al cambio climático
Desierto de La Valle, Mendoza, Argentina.
En materia de cambio climático, la tendencia mundial es
la creación de agendas comunes (local- local, local-regional, local- nacional),
que puedan dar respuesta a los desafíos planteados por el fenómeno; esto implicaría gestionar,
administrar y eventualmente, compartir recursos. Es por esto, que es importante considerar no
solo la gestión independiente –gobiernos locales o nacionales- de recursos para proyectos
de políticas de cambio climático, sino la construcción
y aprovechamiento de planes integrales, que posiblemente se están ejecutando en las
regiones. En consecuencia, se hace necesario incorporar la dimensión de adaptación al cambio climático
a todos los proyectos para
el desarrollo existentes y los que estén en etapa de
diseño. Lo mismo podría
ocurrir en materia presupuestaria para el cambio climático.
No sobra
reiterar la existencia
de diferentes tipos de financiamiento externo para
este tipo de iniciativas,
como lo son las donaciones, préstamos concesionales o
créditos. Existen varios documentos
sobre este asunto, como por ejemplo “Instrumentos y mecanismos financieros para
programas de cambio climático en América Latina y el Caribe”. (BID, 2013).
Sin embargo, en
este punto se hace necesario señalar, que si bien existen muchas posibilidades
de financiamiento externo vía créditos para la inversión o cooperación técnica
internacional de proyectos para el desarrollo y contra el cambio climático, además por
ser una de las discusiones más relevantes en los foros internacionales, se hace
imperioso que los gobiernos nacionales y locales, desarrollen partidas
presupuestarias autónomas para atender las consecuencias al cambio climático
y/o que incorporen dentro de las partidas existentes de todas las carteras,
rubros que contribuya a la reducción de la vulnerabilidad de la población. Por ejemplo, en las carteras de educación o
turismo, es posible y viable incluir indicadores o rublos en especie,
que den cuenta de respuestas coherentes y sistemáticas a la problemática que
está generando el clima. ¿Qué
tal una cátedra sobre cambio climático en todas las básicas secundarias?;
y si está de paseo por Colombia, Bolivia, Perú o Argentina, ¿un paquete
turístico que incluya una explicación del porque la retracción de los glaciares en la cordillera
de los Andes?
Vale la pena
decir que el fortalecimiento institucional de los gobiernos locales, pasa por
aprovechar la capacidad local, redimensionarla y apropiarse de los procesos del
desarrollo; de lo contrario, por más incremento de presupuestos propios o
externos, las causas reales del problema no se eliminarán, sino que se
constituirán en círculos burocráticos, de los cuales es muy difícil salir y los
que está visto, no generan impactos contundentes para la reducción de
vulnerabilidad y los riesgos. Lo anterior nos
regresa a la reflexión de politólogos y administradores públicos, sobre la
necesidad de construir políticas de Estado y no acciones puntuales que responden
a intereses políticos, los cuales son transitorios.
La adaptación
al cambio climático no puede ser tratada únicamente con la figura de la tercerización de servicios; debe ser entendida como una política pública
con objetivos a largo plazo y presupuestos locales y nacionales visibles.
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