A propósito de Nobel de paz y otras fascinaciones de los ególatras
Eso que el presidente Juan Manuel Santos sea mencionado en el
Financial Times como “The peace maker” deja mucho que pensar. De un lado, ¿de dónde saldría la plata para
pagar esa publicidad política pagada? -
La nueva Colombia- (http://www.ft.com/intl/reports/new-colombia-2013 ) - y de otro, las mentiras más grandes sobre lo que es
Colombia que van desde la invención que
el Pacífico Colombiano[1]
está listo para insertarse en un mercado común con los latinoamericanos
disidentes del proyecto de la Patria Grande promovida por el legado chavista y
compañía.
Como bien lo presentó Hernando
Gómez Buendía, en su columna de la edición 130 de mayo de 2013, en la revista El Malpensante, (http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=2546 ) el único país que no ha logrado tener un presidente de
la izquierda, es Colombia. ¿Y será que
con este antecedente, el presidente Santos podría ser merecedor de tan
importante mención, como lo es el premio Nobel de paz?
Los ciudadanos de a pie, nos
imaginamos que para obtener tan grato reconocimiento internacional, habría que
demostrar una vida consecuente con las acciones públicas y privadas realizadas
durante toda la vida. El proceso de paz
le da puntos a Santos, pero no le puede dar el premio. No hay que olvidar de dónde viene nuestro
apreciado presidente y para dónde va y lo peor: a costa de que. Al presidente hay que apoyarlo de todas las
formas posibles, para la construcción de
paz en Colombia. Y el ejemplo más
reciente fue la reunión con Henrique Capriles hace unas semanas en la Casa de
Nariño, en la cual no solo hizo “el oso”
a nivel latinoamericano, sino que le
está costando políticamente una endeble relación con Venezuela.
Si nos preguntaran, por quien
nos gustaría que fuera un candidato latinoamericano para obtener el premio de
trabajo constante, político y ejemplar por la paz, seguramente muchos
votaríamos por el presidente Mujica de Uruguay.
A juzgar por los resultados de su gira por Europa, en dónde se reunió
con el Papa y con algunas fichas de las realezas Europeas; quien es capaz de
diferenciar los proyectos políticos de izquierda y derecha, pero no por ello
dejarse opacar o cautivar por discursos populistas tan de moda por estos
tiempos en América Latina, o dejarse vencer por el oportunismo de las derechas
neoliberales. Mujica es capaz de ser amigo de todos, sin
venderle el alma al diablo, de proteger los intereses de su pequeño país y lo
que más me gusta como colombiana, cuando dice: “lo más importante que pasa en
América Latina es el proceso de paz en Colombia”. (Entrevista en El País, http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/01/actualidad/1370104466_845823.html )
[1] Las autoridades migratorias de la ciudad argentina de Mendoza, han notado la llegada de más o menos 500
afrocolombianos, que vienen huyéndole a la pobreza y a la violencia. Casi todos
de Tumaco y Buenaventura, el puerto que le dará fortaleza al comercio
exterior colombiano, según el optimismo gubernamental. (http://www.diariouno.com.ar/mendoza/De-un-colombiano-en-Mendoza-Hermano-esto-es-un-templo-en-comparacion-con-Colombia-20130513-0018.html )
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