¿Porqué la inteligencia británica Sí y Wikileaks, No?



Curiosas coincidencias ocurrieron estos últimos días del mes de junio: de un lado, el alboroto que armó CCN y los oligopolios de comunicación norteamericanos,  sobre la Ley de Comunicaciones que  fue promulgada y ratificada por el presidente Correa en Ecuador, en dónde lo más revolucionario según Washington es la ‘mordaza’ a la crítica del modelo de Estado y la ‘censura’ a las diferencias de opinión sobre el régimen político por el cual optó el pueblo ecuatoriano –en el marco de la democracia- y el cual se ratificó con la posesión como presidente el 14 de mayo pasado.    

Por otro lado, se cumple un año del asilo de Julian Assange (19 de junio de 2013), el creador de ‘wikileaks’ (en mis palabras, diplomacia de segunda vía y on-line) en la embajada de Ecuador en Londres.  Los mismos medios, recordaron a Assange, debido a la paranoia suscitada por el Departamento de Estado sobre las informaciones que el ex técnico de la CIA, Edward Snowden, puso a la luz y que lo condujo a pedir asilo político a Ecuador, luego de salir de Hong Kong, pasar a Moscú y tratar de llegar a Quito.   Su crimen consiste en revelar información privilegiada de los Estados Unidos, la cual pone en riesgo la seguridad de este país.

Hace menos de 10 días, a propósito de la reunión del G8 en Irlanda del Norte, el periódico británico The Guardian revela que “Los servicios de inteligencia del Reino Unido interceptaron las comunicaciones de los participantes en dos cumbres del G20 celebradas en Londres en el 2009.  La operación contó con la autorización expresa del Gobierno, que entonces presidía el laborista Gordon Brown. Los agentes accedieron a ordenadores y móviles, llegando a incluso a montar cafés de internet bajo vigilancia, para poder leer correos y claves. 

Muchos hechos en poco tiempo es una señal sobre la importancia que el manejo de la información adquiere en la sociedad. Según las cifras del Banco Mundial, el acceso de la población mundial va en ascenso: mientras que en el 2003 cerca de 12mil millones de personas tenían acceso a la red, en el año 2011 la cifra va en 33mil millones. 

Con estas cifras, ¿cómo no van a ser necesarias las reformas sobre el uso y acceso a la información, no solo en Ecuador sino en todo el mundo?;  Con estas cifras, los ciudadanos en el mundo,  ¿cómo no va a estar interesados en conocer detalles sobre el cómo se toman las decisiones que ponen en marcha políticas y estrategias que  han sumido a España, Grecia, Italia y Portugal en crisis financiera, que tienen intervenida a Siria, que tienen en jaque a Afganistán y que permiten hechos como las ocurridos en las fábricas de Bangladesh?

Es apenas lógico que surjan y que sigan surgiendo Assanges y Swowdens; el hecho de buscar la información necesaria para entender escenarios, tomar decisiones y actuar en consecuencia, no debe ser visto como un hecho delictivo.   Esta tarea, al parecer Ecuador se la está tomando en serio y equivocado o no el presidente Correa, esta agarrando el toro por los cachos.  

Desde la segunda guerra mundial, los dueños de la información se han dedicado a ‘confundir’  por medio “la diplomatie”.   Es apenas lógico que todos queramos saber, porque la inteligencia británica se interesó en las estrategias norteamericanas en la reunión del G20 en Londres, así fuera poniendo micrófonos en las solapas de los sacos de sus invitados.  (Al estilo Al Pacino).  Tal vez su tarea era cuidar la casa, pero con esos amigos…  

 

Nota 1. Más vigente que nunca la trilogía del Milenio, de S. Larsson.

Nota 2. Matan a un oficial de la DEA en Colombia y los medios masivos, en Colombia,  reaccionan con mucha vehemencia y dedicación. ¿Por qué no harán lo mismo para “comunicar” con profundidad e imparcialidad lo que ocurre en el Catatumbo Colombiano?

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