Apropósito del Foro Internacional para la paz en Colombia, realizado en Buenos Aires 21-23 de febrero de 2011

Texto completo publicado en:  www.redintercol.org/Montana-Tathiana-Comunidad-internacional-y-paz.pdf


¿Qué hacer para que la comunidad internacional y latinoamericana se interese, refrende sus buenos oficios e intensifique esfuerzos para buscar una salida política en Colombia?

Son varios los puntos que se deben tener presentes.
En primer lugar:
- A cerca de la Prioridad:- La solución política de la guerra en Colombia no es en la actualidad un tema prioritario ni en la agenda nacional, ni en la agenda de Europa. Lo prioritario es la agenda humanitaria.
- A cerca de la Solidaridad:- Posiblemente el tema de la solución política de la guerra de Colombia interese a los países de América Latina que impulsan y respaldan políticamente organizaciones regionales como UNASUR porque afecta los temas prioritarios de la región: la integración regional, la integración energética, los mecanismos de financiamiento alternativo para latinoamericanos, la pobreza, la seguridad y la gobernabilidad.
- A cerca de la Exclusividad: El tema de la negociación política es la bandera de la sociedad civil colombiana y de algunos actores/sectores de la comunidad internacional que han participado en la facilitación y verificación de otros procesos de paz en el mundo; son países que por razones históricas han estado presentes, Suecia, Noruega, Canadá o Suiza.
- A cerca de la Particularidad: El tema de la salida política quizás interese parcialmente a la agenda de Washington, por razones de seguridad nacional y económicas, el costo del Plan Colombia vs. Crisis financiera.
Sin embargo y frente a la positiva y esperanzadora posición de algunos sectores en Colombia, es necesario recordar algunas frases elaboradas por el actual presidente que permiten notar que la posición de los Estados Unidos no es clara de cara al conflicto colombiano:
- “Apoyaremos completamente la lucha de Colombia contra las FARC. Trabajaremos con el gobierno para poner fin al reinado del terror de los paramilitares. Apoyaremos el derecho de Colombia a golpear terroristas que buscan abrigo al otro lado de sus fronteras. Y develaremos cualquier apoyo a las FARC por parte de gobiernos vecinos” (Miami Obama, 2008).
- “La situación en Colombia es que ahora los líderes laborales se han vuelto el blanco de asesinatos de manera consciente y no hay enjuiciamientos (…) debemos defender los derechos humanos y debemos asegurarnos de que no se perpetre violencia contra trabajadores que simplemente están tratando de organizarse por sus derechos” (Obama, 2008)
En segundo lugar, se debe tener presente con base en lo anterior que queda claro que la guerra en Colombia está afectando de manera directa las relaciones con países que comparten las fronteras más extensas y con vínculos naturalmente familiares, hermanos. Ecuador y Venezuela, países que sostienen diferencias ideológicas muy evidentes con el gobierno de Colombia; para quienes estar impulsando el proceso de UNASUR son inculpados de sostener vínculos con la guerrilla colombiana.
En tercer lugar y por fortuna, este puede considerarse un punto de equilibrio que ha contribuido a mediar las tensas relaciones enunciadas anteriormente: Brasil. El gobierno de Lula, en términos generales ha sostenido buenas relaciones en materia económica, energética, de seguridad e incluso, como facilitador de acciones humanitarias con el Gobierno Colombiano. Así lo reflejó la reunión de presidentes de febrero de 2009 en Brasilia. El gobierno de Brasil considera oportunas y necesarias las relaciones políticas y económicas con Washington; Brasilia comparte muchos postulados de la llamada izquierda latinoamericana, compuesta por Chávez, Evo, Ortega y Bachelet.
¿Cómo surgen las propuestas?: afianzando la amenaza y la desestabilización
Con base en el escenario planteado anteriormente, se construyen tres hipótesis a partir de un postulado: Colombia es una amenaza para la región, que genera crisis humanitaria a nivel interno, que ha perpetuado la pobreza y está generando desestabilización económica transfronteriza.
Con base en el, surgen tres escenarios para la participación activa y propositiva de la comunidad internacional:
Escenario 1
La participación de la comunidad latinoamericana se limita a responder a las directrices que Washington trace para la región. La lucha contra el terrorismo y el narcotráfico se mantiene por medio del Plan Colombia y se intensifican las acciones de guerra. Por tanto, se debe vincular de manera permanente y directa al gobierno norteamericano para derrotar militarmente a los terroristas, controlar el negocio de las drogas en Colombia y mejorar las condiciones comerciales para en la región. Creación y/o apoyo de bases militares.
Escenario 2
La participación de la comunidad de Estados Latinoamericanos de izquierda tiende puentes para crear y sostener espacios de diálogo, pero el gobierno Colombiano se ve condicionado por la política de la seguridad democrática y no acepta. Por tanto, la comunidad Latinoamericana de Estados exhorta y demanda a las FARC y al ELN la entrega de todos los secuestrados de Colombia, como gesto de voluntad política para iniciar diálogos en el exterior. Posteriormente abrir un escenario de diálogo, preferiblemente fuera del país para alcanzar acuerdos regionales de cese de fuego
Escenario 3
Tres países políticamente neutrales, con buenas relaciones con Colombia y que gozan de la confianza de las FARC (Brasil, Suecia y Noruega) invitan a un diálogo exploratorio en el exterior, sin condiciones previas
Las propuestas para esta mesa, con base en las demandas que la comunidad internacional hizo al gobierno colombiano en la reunión de Ginebra de diciembre de 2008 (reunión del Consejo de Derechos Humanos, en donde Colombia presentó voluntariamente su Informe Periódico Universal / UPR) son:
1- Exigir a las FARC la liberación unilateral de todos los secuestrados en Colombia.
2- Exigir a los actores regulares e irregulares, la erradicación de la desaparición forzada y el secuestro a defensores y sindicalistas
3- Exigir a los actores regulares e irregulares detener acciones militares que produzcan desplazamiento de población civil
4- Solicitar a los organismos internacionales de acción humanitaria en Colombia, prestar servicios de información para superar la crisis.
5- Instar a la cooperación internacional a apoyar las propuestas de las iniciativas regionales de paz, mediados por la Iglesia y develadas en el Consejo Nacional de Paz ( Ley 434 de 1998)
6- Proponer a los Estados fronterizos con Colombia, con los cuales se mantienen las tensiones políticas, hacer corredores humanitarios en las fronteras para la protección de la población civil bajo la vigilancia y control del CICR.
Los tres escenarios, advierten a los gobiernos de la región y a los Estados Unidos, que la guerra en Colombia traspasa fronteras, tal como sucede con Ecuador y Venezuela, no por cuenta de las aparentes “alianzas” entre los gobiernos de los países vecinos con las FARC, sino por las miles de víctimas que deja la errada política de seguridad especialmente en las fronteras y por las permanentes violaciones a los derechos humanos a la población civil por parte de las FARC y de las FFAA de Colombia.
Las acciones del gobierno de Estados Unidos realizadas en los primeros cinco meses de gobierno demócrata de Obama (popularidad), podrían indicar que la política de seguridad norteamericana NO hará giros importantes para mejorar los canales de comunicación con América Latina, a pesar de razones específicamente económicas y que a raíz de este interés hegemónico, sostener una “guerra tonta” (Obama, 2002) en la región.
La intervención de la comunidad internacional en Colombia si es para la paz, debe partir del reconociendo que la violación de los derechos humanos en Colombia tiene dos razones fundamentales: la violencia estructural del Estado y la violencia armada de las guerrillas y del Estado; con lo anterior, la comunidad internacional y la comunidad Latinoamericana no debe inclinar sus esfuerzos únicamente para atender a los principios de solidaridad y respeto, sino debe trabajar por facilitar espacios de diálogo para la terminación de la violencia, hacer acuerdos humanitarios y fortalecer las iniciativas de paz que la sociedad propone, instar al Estado Colombiano a mejorar las condiciones de gobernabildad y demandar resultados en el marco del Estado Social de Derecho. Barranquilla, septiembre 2009


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